viernes, 9 de septiembre de 2011

La Isla de las Brumas


Jordi Solé
Ediciones Pàmies
ISBN: 978-84-96952-76-8

Continuando la posible vida de Cesarión, el hijo de Julio César y Cleopatra mandado asesinar por Octavio, Jordi Solé nos lleva a la lejana Britania junto a dos cohortes dejadas por la campaña de César (la segunda) por aquellas tierras, debo decir que todo es ficción, porque César no dejó ninguna de sus tropas después de derrotar a los britanos y regresar urgentemente a la Galia pero es potestad del escritor crear el universo donde se moverán sus letras.
Algunas de las licencias que se ha tomado Jordi son de poco rigor pues Boudica o Boadicea, la que bastantes años más tarde se opondrá al poder de Roma es imposible que tenga esos años pues en su revuelta debería haber tenido algo más de 95 años y se me antoja complicado que con esos años se enfrentase  a las legiones de Roma, otro detalle pictórico es el del color de los britanos, aysss cuanto daño ha hecho Braveheart, sólo los pictos se pintaban de azul y precisamente los pictos vivían en el norte de Escocia, es decir, a muchos kilómetros de distancia de donde se mueven nuestros protagonistas que vendría a ser el reino de Essex y Wessex pero no es cuestión de ir sacando punta a la imaginación del escritor.
Creo que es un poco más floja que la otra entrada y tendrá que esforzarse para hacer atractiva siguientes entregas porque forma para hacerlo las tiene, es bueno describiendo las escenas y los personajes haciéndolos creíbles y los hechos no requieren de mucha abstracción para sentirlos.
Algo que tenéis que tener presente es que es más un "what if" que una novela histórica.
La trama lleva a Cesarión desde Egipto a ese enclave romano en britania abandonado del imperio y en un difícil equilibrio con las tribus vecinas, el odio que genera la política romana con sus impuestos y rehenes hacen que algunos de los britanos se levanten en armas y todo ello facilitado por algunos romanos que desean aplastar con su bota a esos descontentos; con la llegada de tropas mercenarias que apoyarán a la ciudad en su lucha con los britanos llega un viejo conocido de nuestro protagonista y que se volverá un extraño aliado en los días que acontecerán hasta la caída de Atrelantum, a mi parecer, el personaje de Cesarión ofrece algunas lagunas, es un joven formado en los palacios de Alejandría -se le supone cultura entonces- y en los años con Tito Pullo -su protector en la novela anterior- una formación con las armas pero poca por el tiempo y la dedicación comparada con legionarios con experiencia y aunque ese detalle quita credibilidad a las aptitudes del personaje, no le desmerecen en otras.
El libro es ameno por lo que os decía de como escribe Solá, creo que tienes muy buenos mimbres y en algunas veces me recuerda al gran Cornwell, yo como ayuda propondría que los latinajos que aparecen tenga su correspondiente traducción a pie de página para una rápida y mejor comprensión.
Entrenida.

4 comentarios:

  1. Pues la novela no me atrae mucho... pero aprovecho para saludar!! jeje. Un abrazo!

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  2. Querida Saramaga otro grande para ti, ando medio apagado de los blogs, a ver si me arranco otra vez en cuanto cierren la piscina.
    De las dos publicadas de este autor yo creo que es mejor la primera, esta segunda le falta algo para engancharte.
    Un enorme besazo.

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  3. Querido Ángel

    Soy Jordi Solé, el autor de "La isla de las brumas". Antes de nada, darte las gracias por haber empleado tu tiempo leyendo mi novela y, mucho más aùn, por tu magnífica reseña del libro. Cuando uno escribe una novela no puede pedir más de un lector que lo que tú has hecho por las dos mías, así que, de nuevo: muchas gracias.

    Sólo por prurito profesional, querría hacer un par de puntualizaciones. Por supuesto que la Boudica de "La isla de las brumas" no es la misma que encabezó un siglo más tarde la rebelión contra roma sofocada con mano de hierro por Suetonio. La elección del nombre para el personaje es un guiño a la célebre rebelde britana. Pensé que esto quedaría claro cuando al final del libro, Cesarión le dice que siempre habrá un Galba dispuesto a fijar su ambicición sobre la isla y ella responde que siempre habrá una Boudica esperándole para encontrarle. Pero veo que no lo logré del todo... Fallo mío. Pero que quede claro: son dos Boudicas distintas(o, si lo prefieres, ésta podria ser la abuela de la de verdad...).

    Los guiños son una parte importante de mi forma de escribir y en el libro hay muchos. Éste es sólo uno. En ningún momento pretendo que el lector piense que lo que cuento es historia. No lo es. Es un juego con la historia. Que yo pretendo que sea lo más riguroso posible, pero un juego al fin y al cabo. De tu crítica deduzco que eso lo tienes claro y que te dejas llevar sin problemas por la propuesta que te hago, pero, por si acaso, lo vuelvo a reiterar.

    Y sobre el tema del rigor... cuando me estuve documentando sobre las tribus britanas del sur de la isla, encontré más de una entrada sobre su costumbre de pintarse el cuerpo de azul. E incluso acerca de los materiales con los que se pintaban y las formas que solían dibujarse. No pretendo ser un experto en Britania, ni en costumbres celtas. Pero juro que antes de escribir una línea sobre la época, me documento sobre lo que voy a decir. Luego puede que lo "traicione·, lo adapte o le sea rigurosamente fiel (suelo optar por esta últimna opción). O sea que, en mi descargo sólo puedo decir que si los britanos del sur no se pintaban el cuerpo, he sido engañado. ¿Puede ser que tus fuentes sean erroneas? Dejo la duda en suspenso, pero reitero que no escribí a la ligera. En último extremo, si soy yo quien se equivoca, si que admito desde aquí que, de haber sabrido que mis fuentes no eran ciertas, no las habría usado. Pero de esas mismas fuentes surge mucha otra información que sí parece correcta, por lo que me resisto a renegar de ellas de buenas a primeras...

    Y por último (y perdona por enrollarme tanto pero entenderas que el tema me parece apasionante), no creo que mis novelas puedan clasificarse de What If. Me justifico. A mi modo de ver, un What If sería escribir sobre qué habría sido de una Roma gobernada por Cesarión y no por Augusto, y elaborar la trama desde ahí. En mis argumentos, ya lo he confesado, me gusta jugar con la historia, pero también respetarla. Aunque mi Cesarión vive, para el mundo está muerto y no hay diferencia en ello con la historia que conocemos. Aunque Cesar deja dos cohortes en Britania, al final no queda un mísero vestigio de éstas. A esto me refiero cuando digo que no son What Ifs, sino, más bien, historias de aventuras con trasfondo histórico y que yo deseo rigurosas en todos los aspectos que no atañen a ese juego que propongo al lector.

    Te agradezco muchísimo por última vez tu atención y tu crítica, que respeto absolutamente. Y prometo esforzarme para que la tercera entrega sea la mejor de la saga (aunque, por suerte, no faltan los que piensan que la segunda ya es mejor).

    Un cordial saludo!

    Y por cierto, me guardo como oro en paño esa comparación con Cornwell. Es todo un elogio!

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  4. Estimado Jordi,
    Un placer que pases por ésta que es tu casa, las fuentes sobre el color proceden de una charla a la que asistí en Edimburgo en el festival cultural que se monta en agosto en dicha ciudad, la misma versaba sobre la influencia latina y sus rastros, en el tiempo de preguntas hasta se habló de la piedra del destino -por cierto devuelta a Escocia hace unos años- y de la que se ha confirmado su origen irlandés por mucho que les pese a los amigos de las gaitas y kilts, la charla fue en el año 2004.
    No tengo constancia de documentos escritos sobre la pintura corporal -creo que si la hay de los tatuajes, pero ahora hablo de oídas- o no de los pueblos celtas que se enfrentaron a César y posteriormente a Claudio e imagino que las fuentes se basarían en el parentesco de los pueblos celtas de Bégica y el sur de Inglaterra y sus costumbres.
    Las fuentes latinas como Plutarco o Valieno caen con facilidad en la exageración, sobre todo a la hora de hablar de las victorias romanas que hablan hasta de elefantes en la campaña de César. En cualquier caso, quizás en mi "crítica" de ese detalle pueda parecer un poco vehemente y no era el fin ni el objetivo, como escritor puedes decidir hasta si llevaban bombachos o coletas pero me acordé de ese detalle y su reflejo en la peli de Mel Gibson y las licencias que se toman en el cine.
    El catalogarlo como "what if" es en realidad una forma más de clasificación para distinguirla de otras novelas históricas que leo, por ejemplo de Simon Scarrow sigo la serie de los legionarios Cato y Macro en el intervienen personajes reales pero que no cambian substancialmente la historia -Vespasiano o Claudio- y por eso no los catalogo como tal, o de Cornwell la serie de Utherd y los años del reinado de Alfredo I el Grande. Tienes razón en que realmente no es un "what if" pero como decía es más una forma de clasificarla dentro de las difentes obras que devoro con cariño.
    Tu descripción del muro de escudos es muy visual y creíble y las acciones bélicas me parecen geniales porque describir una batalla en la que intervienen muchos factores, otros muchos escritores se centran en el protagonista en un primer plano dejándose detalles haciendo que perdamos de vista acciones que afectan al devenir de la batalla -las piedras desde el muro por ejemplo cuando caen los partos- y creo que lo has conseguido magistralmente de ahí mi comparación con un escritor tan consagrado y afamando.
    El personaje de Boudica era fácil de confundir a pesar de esa frase en la que se despide de Cesarión, por los orígenes, el trato con los romanos, etc., o por lo menos a mi me ha pasado.
    Celebro que haya personas que piensen que la segunda es mejor, pero me gustaría que la tercera sea mucho mejor que la segunda y que la primera -y te lo digo guiñando un ojo, jeje- porque con la primera para mi pusiste un listón muy alto.
    Estaré atento a tu tercera entrega que devoraré con fruición, porque de eso no tengo la menor duda.
    Muchas gracias por dejar tu nota, este es un blog pequeñito que tampoco busca crear opinión y la visita de uno de sus protagonistas que no son otros que los libros y quienes los escriben es un motivo de fiesta.
    Un saludo y espero esa tercera entrega.

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