sábado, 28 de abril de 2012

Las Flores de la Guerra



Geling Yan
Editorial Alfaguara
ISBN: 978-84-204-1143-9

Hace ya bastantes libros comenté un título que tiene cierta vinculación con este título "El mar y veneno", el punto de unión son los crímenes de guerra de los japoneses durante la segunda guerra mundial, en aquella ocasión lo novedoso era que estaba escrito por los propios nipones y con prisioneros de guerra estadounidenses, en concreto los pilotos del raid en que se bombardeó Tokio, en esta ocasión estamos en 1937 durante la invasión a China en la ciudad de Nanjing, un ejercito cruel y sanguinario y en nada parecido al que nos evocan las imágenes de los samurais entra arrasando, ejecutando, asesinando y todas las tropelías que se os pasen por la cabeza en ese momento apocalíptico un grupo de doce jóvenes estudiantes chinas se ven atrapadas en una parroquia norteamericana al cuidado del padre Engelmann y el diácono Fabio Adornato, un hijo de occidentales que no encuentra su sitio ni en China ni en occidente.
Ese oasis aparente de paz se ve trastornado por la llegada de un grupo de mujeres prostitutas buscando refugio en la iglesia, tras unos instantes de dudas consiguen refugio trastocando el débil equilibrio de las pequeñas y los religiosos; tres soldados chinos se suman a tan heterogéneo grupo y la convivencia se vuelve cada vez más difícil y peligrosa.
Tenéis que saber que los japoneses entre algunas de sus salvajadas fue la de raptar mujeres para usarlas como "mujeres de confort" en prostíbulos en el frente y por lo que el emperador pidió perdón en una de sus visitas a Corea y China hace relativamente poco.
El primer conflicto se presenta entre los religiosos y las prostitutas al llegar e imaginareis que por motivos obvios, la "mala vida de estas era una mala influencia para las jóvenes; un segundo conflicto aparece cuando las prostitutas se relacionan con la pequeñas pues son hijas de padres adinerados y pertenecen a un mundo completamente distinto, estos son los principales dolores de cabeza del padre Engelmann hasta que los militares son denunciados y se presentan en la puerta de la parroquia en su búsqueda esto desencadenará toda la tragedia.
Que no se me olvide, hay versión cinematográfica de Zhang Yimuo que dudo que vea porque el libro es estupendo y seguro que me volverá a escocer el Alma.
Bien, os he contado la trama de la novela pero lo tremendo está dentro de sus hojas, conmueve hasta tu último pelo haciendo que te preguntes que derechos tienen unos sobre otros y eso vale en todos los ámbitos de la vida y me viene a cuento a la aberración que está haciendo nuestro gobierno con los que no tengan tarjeta sanitaria. Tenéis que ver que lucha interna tiene el padre Engelmann cuando tiene que decidir que mujeres debe entregar a los japoneses para que "canten" ante los oficiales invasores y como se resuelve, porque la enorme humanidad de las prostitutas dará una lección que no olvidarán ninguno de los supervivientes.
Las prostitutas tienen todas un principio vital distinto y a cada cual más tenebroso, vendidas por sus familiares unas -lo que te dice lo poco que debía o debe valer una mujer en el país del nuevo poder mundial y no imagináis que asco y repugnancia me produce- o abandonadas otras, todas ellas se visten de alumnas de la parroquia y así salvar a las pequeñas, unas pequeñas que días atrás odiaban a estas mujeres que las quitaban el agua para lavarse o las patatas para comer.
Con mucho acierto se describe como estas mujeres "seducen" proponiéndoselo o sin proponérselo a los distintos hombres de la parroquia o los recién llegados, todos sin excepción caen rendidos a sus encantos excepto el padre Engelmann, un hombre de férreas convicciones morales y religiosas que se ve ante una encrucijada terrible y que de un modo u otro le llevan a encontrarse con su hacedor en un arranque de dignidad que le redime a los ojos del lector, o por lo menos a mi.
Creo que la "lucha" de las pequeñas con estas mujeres es muy interesante, como el odio se va transformando en agradecimiento mudo, ver como reacciona Shujuan a lo largo de la novela, o como las mismas prostitutas cuidan y miman a los heridos porque la escena de Doukuo y Wang  Pusheng es tan delicadamente tierna que te olvidas de todo.
El clasismo de las pequeñas se ve perfectamente reflejado cuando el padre de una de ellas salvando el bloqueo -pagando claro- japonés puede rescatar a su hija y a otra del grupo y en el pequeño follón que se organiza, pues para los ricos la generosidad es limosna (el sorteo) mientras que para los pobres la generosidad es otra cosa bien distinta.
Seguramente más de uno y una, soñará por las noches con una novela con una temática parecida a esta porque a pesar del tiempo me parece de lo más actual y terrible en un mundo cada vez más cruel, menos justo y más egoísta.
Me ha parecido una novela maravillosa, cruda, muy dura y que deberían leer muchos de los que miran a las personas que se ven en el límite a verlas de otro modo, empezando por aquellos seres de sotana que se creen en la potestad de dar lecciones de moral.

4 comentarios:

  1. He pasado "de puntillas" por tu reseña, porque hoy mismo voy a comenzar a leerlo, pero me quedo, de momento, con que te ha parecido una novela maravillosa. Volveré cuando la termine.
    Un abrazo!

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    1. Espero a ver que te parece pero seguro que te va a gustar.
      Besotes.

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  2. Me ha encantado la verdad. Los últimos capítulos me han tenido con el corazón en un puño. De las que no se olvidan facilmente desde luego.
    Besos!

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    1. Sabía que te encantaría a pesar de lo duro, encierra una dignidad y una humanidad tremenda.
      Besotes.

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