Dan Abnett
Scyla Editores
ISBN: 978-84-480-0640-2
En mis idas y vueltas entre los diferentes géneros ahora me enfrento a una novela de ciencia ficción bélica, algo diferente a otras novelas del género que yo había leído con anterioridad y por lo tanto novedoso.
¿Cuándo decir que una obra es novedosa o no en este género? pues yo creo que básicamente cuando aporta algo diferente, sin influencias de otras obras o apareciendo estas que no parezcan un pastiche pegado y que formen parte de la historia y con esta a algunos les vendrá a la cabeza "Avatar" por ejemplo y es ahora cuando te cuestionas si ciertos temas son eternos y universales.
En esta novela el cuarto poder, la prensa, se vuelve un elemento importantísimo y es algo que a mi no termina de "enloquecerme" pero es por cierto recelo que me provocan esos profesionales; no entra en mi cabeza que pasen por entre un lugar en ruinas y no se les caiga el alma a los pies, que ellos van las zonas de conflicto con VISA y gastos pagados y van de forma temporal mientras los que lo sufren se quedarán allí pero bueno, no es el motivo de la entrada hablar del asunto.
Vamos a los aspectos positivos, la novela en si es una buena novela bélica, quizás algo pesada con las descripciones de los equipos y que denotan tener el JANE´s a mano -publicación donde aparecen equipos militares de todos los países del mundo- y cierto conocimiento de las denominaciones de los equipos del extinto Pacto de Varsovia que hacía la OTAN, si alguien tiene interés os lo cuento pero no lo pongo aquí por no aburrir, la acción es palpitante, vibrante, aparentemente "real" a pesar del salto de años y todo eso hace que te creas lo que ven o el miedo que pueden sentir en las acciones de los soldados del bloque contra ellos.
La trama se apoya en la historia de un periodista que se mete en la mente de un soldado para ir a una previsible misión rutinaria que en realidad demostrará un conflicto mucho más encarnizado por algo que nadie sabe lo que es y que te mantendrá atento hasta la últimas páginas, el periodista Lex Falk tendrá que ponerse en el papel del soldado del D.M.O.A. Bloom, para meternos en es mundo futuro nos encontraremos con parches mentales contra el lienguaje soez -¿recordáis los pitidos en las series de USA o la censura de los 3 segundos de la final de la NFL? no es un futuro tan lejano ¿verdad?-. El planeta 86 es un planeta eminentemente minero, con un potencial muy grande para los dos bloques en lucha pero en una explotación minera aparece algo que camuflado entre nombres puede trastocar la forma de ver el mundo pero eso no se sabrá hasta casi el final.
Como interesante podemos ver la lucha de poder entre los poderes militares y los medios de comunicación, dos poderes que casan mal y que rara vez se llevarán bien por motivos obvios, lo difícil de creer es ver como se desenvuelve Falk en la zona de conflicto aunque tengas la idea de que lo controla en la sombra en realidad Bloom, pues un soldado es un soldado y un reportero un reportero y más cuando debe manejar armas tecnológicamente muy avanzadas.
La novela es curiosa, no para tirar cohetes y con un tufillo a propaganda de los medios periodísticos de la capital yanki, y lo digo porque no entiendo esa extraña veneración que tienen por los periodistas, sus periodistas.
Por cierto, la única referencia real a nuestra conquista espacial es un error, pues dicen que el primer astronauta en pisar la superficie de la Luna lo hizo en 1967 y se llamaba Virgil Grissom, no entiendo salvo que quiera ser un homenaje pues murió en el Apolo I precisamente en ese 1967, dos años antes de la fecha real, 21 de julio de 1069, es decir, el día de mi cumpleaños, jeje, pero de dos años más tarde.