domingo, 21 de julio de 2013

La Sonrisa de Angélica



Andrea Camilleri
Ediciones Salamandra
ISBN: 978-84-9838-541-0

Creo que han pasado apenas dos años para que Salamandra publique una nueva entrega de uno de mis investigadores favoritos, Salvo Montalbano, editada hace unos tres años y apenas traducida al castellano fui corriendo a por ella y aquí la tenéis.
Dos pegas que le voy a poner a la edición y antes de no meter la pata, soy muy quisquilloso con mi nombre y le pongo acentos y por eso y salvo que Angélica en italiano se diga como los catetos, debe llevar tilde -a veces ponen y otras no- y otra, cerca del final ha habido una omisión en una frase, no supone un gran problema pero se la ha zampado el editor, ordenador o el devorador de palabras, no he marcado la página -cosa rara, debe ser de los pocos libros que no he leído con mi lápiz en la mano- porque no me ha parecido terrible pero a lo mejor han sido las prisas por editarla.
Salvo tiene 58, ya se ha hecho mayor y esto no es nuevo, todos los que hemos seguido su historia sabemos que el mismo lo nota y a veces eso para él supone un problema, un problemas que cree que puede nublar su juicio, con los años yo creo que cada vez está más viejo verde, pero los héroes nunca son perfectos y eso que su vida con Livia sigue como siempre, eso de vivir separados y con un mar por medio creo que hace bien a su relación, pero por primera vez sentirá esos celos devoradores de interiores tras escucharla hablar en sueños de un tal Carlo, surge entonces un equívoco muy divertido y más propio de Catarella que del propio Salvo, en fin, que además de celoso se vuelve desconfiado hasta que unos ojos tiernos de una mujer veinte años más joven que él y que parece sacada de sus novelas de juventud le mira.
Unos robos muy audaces -basados en unos reales cometidos en Roma- y extremadamente pulcros perturban la paz de Vigàta, realizados en las casas pudientes y por partida doble, es decir en las residencias habituales y en las de playa, en pocos días consiguen hacerse con un botín considerable de joyas, dinero, obras de arte, etc., el cerebro de la trama reta a nuestro querido inspector a que lo detenga -en esto se parece a la anterior entrega, pero mientras la otra es un juego, en este caso es un ardid-, todo se complica con la aparición de Angélica, la viva representación del ideal de belleza del Montalbano adolescente y protagonista de "Orlando furioso", de ahí las citas constantes a lo largo de la novela.
A diferencia de otras entregas en las que ves como sufre Montalbano su edad, en esta aunque le supone un  problema no se lo toma con tanto dramatismo, es más, vives ese dramatismo su ataque de celos con Livia que la desazón que le provoca la presencia de Angélica.
Como siempre, Catarella está genial, su trato con el comisario jefe como siempre, Fazio sigue siendo alguien que es capaz de leer en el interior de Salvo y cada día más y mejor y Enzo o Adelina, insuperables con esos platos que le preparan y que hacen que babees cuando se sienta a la mesa.
Con todo, lo más reseñable, además de ser una novela policíaca buena, con móviles creíbles -venganza- y sin recurrir a almas torturadas, es ágil, amena, divertida, yo la empecé el sábado por la mañana y el mismo día me la acabé, sin tener que crear un universo de miles de personajes ni recurrir a tochos de mil páginas es una novela disfrutable,deliciosa y que a los que siguen fielmente a Montalbano les encantará y los que le lean entre líneas, incluso se aventurarán a decir quienes son los ladrones aunque quizás se lleven alguna sorpresa.
Hace poco leí una entrevista entre los escritores Petros Markaris y Leonardo Padura y los dos estaban de acuerdo en que porque hacer un libro de mil páginas cuando se puede contar en doscientas y seguro que Andrea Camilleri es de esa opinión.
No tardéis en leerla, seguro que os encantará.


No hay comentarios:

Publicar un comentario