lunes, 8 de diciembre de 2014

Salvatierra



Miguel Martínez
Ediciones Pàmies
ISBN: 978-84-15433-92-7

La historia de nuestro país es riquísima, aunque si hacemos caso a las películas que se hacen parecería que solo existe la guerra civil y los años de la post-guerra, por fortuna series como Isabel pueden reconciliarnos con nuestro pasado -no voy a hablar de la serie de TV entre otras cosas porque no la he visto-, os traigo un ejemplo de esos que hay más historia que la que vemos en los cines, que hay más protagonistas, es curioso que durante la dictadura se buscaba precisamente ese pasado y como en un intento de repudiarlo los demás parecen que lo han olvidado, pues ni una cosa ni la otra; hay un hecho fundamental en la reconquista y fue la batalla de las Navas de Tolosa acaecía en 1212 pero esa victoria multinacional frente a los almohades que pocos años antes había barrido al ejercito castellano en la batalla de Alarcos y digo multinacional porque realmente fue así pues España no era España, era un conglomerado formado por Aragón, Navarra, León, Castilla, etc, el papa creo indulgencias ante esa "santa cruzada" -perdonar que emplee palabras que me chirrían pero para escribir los términos precisos que se usaron- y conmino a los reyes hispanos y los de más allá de los pirineos a luchar contra el poder almohade, en ese ejército estuvieron todas las órdenes militares existentes y que fueron el grueso del ejército cristiano y algunos cruzados europeos que no se habían dado la vuelta después de ver que no se pasaba a cuchillo a los defensores de una fortaleza que se rendía; pero esa batalla decisiva no habría sido posible si la orden de Calatrava, Salvatierra en esos años, no hubiera resistido 51 días al empuje del fabuloso ejército del califa almohade, un tiempo que permitió al rey Alfonso VIII organizar a su ejército, pedir ayuda al resto de los reinos peninsulares y poder afrontar con éxito la decisiva batalla de un año después -si queréis profundizar en el tema os recomiendo el libro "La cruz y la espada" de Gonzalo Martínez Diez-; ante ese panorama Miguel Martínez ha escrito una novela, su primera novela, que arranca con la toma del castillo de Salvatierra hasta su caída en 1211, con ese acontecimiento como hilo conductor entrelaza varias historias que convergen, corre el año 1198 y un joven novicio, Félix, de la orden asiste al asesinato de un valiente freire en la toma del castillo de Salvatierra de manos de otro caballero de la orden, la orden de Calatrava no pasa por sus mejores momentos después de la derrota de Alarcos y la pérdida de su castillo en Calatrava, el joven es Félix González, un joven que se convertirá en un poderoso guerrero al que acompañará esa terrible culpa de ocultar el tenebroso crimen cometido por el freire Silvestre; Rodrigo Núñez deja una viuda, Elvira y un hijo Nuño, en un condiciones precarias y Félix se promete ayudar a la viuda en todo lo que esté en su mano; han pasado 13 años y ese joven ha crecido y se orden se apresta a enfrentarse al califa almohade Al-Nasir, un inmenso ejército con el que pretende dar un golpe definitivo al rey Alfonso VIII, algo que realmente cree que va a pasar pues la moral que cogieron tras la caída del castillo de Salvatierra subió como la espuma.
La viuda de Rodrigo después de pasar penalidades trabajando sola la tierra junto a un matrimonio de sirvientes ya mayores decide vender su hacienda a la orden, para que su hijo se convierta en un hombre de provecho y aprenda decide mandarlo a casa de su amigo Guzmán en Toledo, pero ese hombre que entró de forma indirecta en su vida tras matar a su esposo volverá a cruzarse en con ella; con la venta de la tierra a la orden y la declaración de amor imprevista del joven freire, Elvira puede soñar con un futuro prometedor para ella y su hijo pero las cosas no son ni serán tan sencillas.
La historia está contada de manera ágil y amena, saliéndose un poco de las formas y modos del siglo XIII de manera que se nos hace más digerible, el jugar con hasta tres escenarios hace que la historia se mantenga fresca e intrigante; escenarios como Toledo con esa fusión todavía posible de culturas y credos nos trasportaran a un pasado que ahora se nos hace tan extraña y lejana y a veces imposible por lo que vemos en tierra santa, de todos modos esa aversión de los freires hacia los musulmanes queda muy bien plasmada y que poco o nada tenía que ver con lo que vivía la gente común y corriente.
Ahora que llega la época de leña y mantita, pues una buena novela para leer al calor de las llamas.

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