lunes, 1 de mayo de 2017

El Lagarto Negro



Edogawa Rampo
Ediciones Salamandra
ISBN: 978-84-16237-15-9

Hirai Taro es el nombre real tras el que se encuentra Edogawa Rampo, un escritor nipón padre de la novela de misterio de tan lejano país, nacido al final del siglo XIX, se inspiró y vosotros mismo podréis descubrirlo del mismísimo Edgar Allan Poe y de las mismísimas novelas de misterio de Sherlock Holmes, disfraces y ardides que ahora nos parecen juegos de niños pero que en esos años seguramente supondrían una revolución literaria, con giros inesperados, trucos casi de magia con enemigos crueles que podemos encontrar en las películas de 007 en tiempos no tan lejanos.
Una lucha entre el bien y el mal con un final sutil que las une con un beso lo que quizás quiera decirnos que no hay un límite tan claro entre uno y otro o por lo menos en las "mentes" pensantes.
Esta novela fue escrita en 1934 y puede sorprender a más de uno, como apuntaba antes, casi puede ser un capítulo de "Se ha escrito un crimen" o "Hércules Poirot", la estética a pesar de lo nipón, pero la forma de solventar los casos, esos giros, miradas de unos y otros; seguro que alguno dirá que le pesan los años pero no seáis tan académicos con esta novela, leerla con perspectiva, con ánimo divertido y curioso para ver como se "apañaban" los escritores de antaño para escribir una novela de misterio.
Un prestigioso investigador, Kogoro Akechi, es retado por una bella y cruel ladrona sin escrúpulos llamada "El lagarto negro" a que la atrape antes de robar un famoso y valioso diamante, "la estrella de Egipto", para ello la hábil ladrona secuestra a la hija del joyero, Sanae, que atesora dicha joya; para hacerlo más atractivo para ella, reta con cartas y telegramas avanzando sus planes.
La ladrona aparte de gozar de un intelecto casi al nivel del investigador, tiene el apoyo de un equipo de golfos callejeros que colaborarán en todas sus tropelías pero ninguno de ellos alcanza el nivel de la ladrona.
El formato en capítulos como de periódico, salvo uno de ellos tienen un tamaño parecido y no me extrañaría que fuese publicado de ese modo allá por el año 1936 -es que no se donde he leído que se hacía de ese modo-. Escrito en tercera persona, con un narrador que parece radiofónico y que además te adelanta cosas pero sin descubrirte el como, es muy ágil, entretenido y casi "agotador" de lo rápido que se desencadenan una escena y otra. Invita al lector casi a que imagine cómo pudo pasar tal y cual cosa; es muy original y lo digo porque ahora no se escribe nada de ese modo, con pinceladas niponas pero con mucha influencia occidental, es una mezcla muy atractiva para el lector pero por favor, no lo leáis con los ojos del siglo XXI o de los escritores de novela negra de éxito actual, no tiene nada que ver.
Y si encima se lee en una mañana, ¿qué necesitáis para animaros a leerlo?

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